La inactividad física es uno de los principales factores de riesgo de los resultados graves de la COVID-19
La actividad física tiene numerosos beneficios para la salud, entre ellos
- salud cardiovascular y metabólica,
- capacidad pulmonar,
- fuerza muscular, y
- la salud del sistema inmunitario.
La inactividad física es un factor de riesgo para varias condiciones de salud crónicas que también elevan el riesgo de una COVID-19 más grave. Algunas pruebas anteriores sugieren una relación entre la inactividad física y las mayores probabilidades de sufrir resultados más graves de la COVID-19. Un nuevo estudio publicado en el Revista Británica de Medicina del Deporte encontró resultados similares.
El estudio analizó los datos de 48.440 pacientes de Kaiser Permanente Southern California que habían dado positivo en la prueba de COVID-19 entre enero y octubre de 2020 y que tenían al menos tres mediciones de Signos Vitales de Ejercicio en los dos años anteriores a la pandemia. El signo vital del ejercicio es una medición de la actividad física incluida en los registros de salud de los pacientes de Kaiser Permanente del Sur de California desde 2009. El signo vital consiste en la frecuencia y la duración semanal del ejercicio moderado a extenuante de un paciente. Según las mediciones de los signos vitales, el 6,4% de los pacientes del estudio eran constantemente activos, el 14,4% eran constantemente inactivos y el 79,2% restante eran inconsistentemente activos. Los participantes analizados tenían una edad media de 47 años, un índice de masa corporal medio de 31,2 (que entra dentro del rango de obesidad de clase I), y algo menos de la mitad tenía una (17,4%) o dos o más (31,3%) comorbilidades.
Según los resultados, existe una fuerte asociación entre la inactividad física y los resultados de la COVID-19, y la actividad física proporcionó una protección significativa contra los resultados más graves, incluyendo:
- hospitalización,
- Ingreso en la UCI, y
- la muerte.
Ser constantemente inactivo duplicaba las probabilidades de hospitalización y muerte en comparación con ser constantemente activo. Las probabilidades de ingreso en la UCI eran 1,73 veces mayores. Incluso ser menos activo de forma constante se asoció con beneficios, incluyendo un 20% menos de probabilidades de muerte.
El hallazgo clave es que -aparte de ser mayor de 60 años y tener antecedentes de trasplante de órganos sólidos- la inactividad física constante fue el factor de riesgo más significativo para la muerte por COVID-19. Estos resultados señalarían que la inactividad física es el factor de riesgo modificable más significativo para la gravedad de la COVID-19. La inactividad física es un factor de riesgo que casi todo el mundo puede mejorar en poco tiempo y puede ser más accesible que otros factores de riesgo como la pérdida de peso. Teniendo en cuenta la accesibilidad y la importancia de la actividad física para la salud física y mental, la actividad física debe ser una prioridad en los meses siguientes de recuperación y reapertura.