La pandemia de coronavirus ha ensombrecido los inmensos beneficios que las instalaciones de salud y fitness proporcionan a sus comunidades y miembros. Incluso en las regiones que han reabierto los gimnasios, la perjudicial prensa que cuestiona la seguridad de las instalaciones ha hecho que los asistentes a los gimnasios dejen de ser miembros por miedo a contraer el virus.
Sin embargo, los datos recientes proporcionan una primera indicación de que puede haber una baja posibilidad de exposición al coronavirus en los gimnasios que aplican el distanciamiento social y otras medidas de seguridad.
El primer estudio de este tipo revela que no hay riesgo adicional de coronavirus en los gimnasios
Una nueva e interesante investigación de la Universidad de Oslo no encontró ningún caso de COVID-19 asociado a los centros de fitness en un ensayo aleatorio de reapertura de instalaciones de fitness.
El estudio incluyó a 3.764 miembros de gimnasios, con edades comprendidas entre los 18 y los 64 años, sin factores de riesgo conocidos de COVID-19 grave. Los participantes fueron asignados al azar para tener acceso a uno de los cinco gimnasios reabiertos en Oslo, Noruega, o para no tener acceso a un gimnasio (grupo de control). Los participantes se sometieron a una prueba de COVID-19 después de dos semanas.
A lo largo del estudio, el 81,8% de las personas utilizaron el gimnasio al menos una vez, y el 38,5% al menos seis veces. Al final, los investigadores no encontraron ningún caso de COVID-19 relacionado con el gimnasio. Hubo un caso en el grupo de entrenamiento, pero se cree que la exposición fue probablemente en el trabajo, y ningún caso durante el ensayo estuvo relacionado con ese caso.
Aunque se necesita más investigación (y esta investigación aún debe someterse al proceso de revisión por pares), este estudio proporciona algunos motivos de optimismo en cuanto a que el distanciamiento social y otras políticas de mitigación de COVID-19 aplicadas en los gimnasios a los que se ha permitido abrir son eficaces en zonas donde la transmisión en la comunidad es baja. Por lo tanto, los gimnasios pueden suponer poco o ningún riesgo adicional de transmisión de COVID-19 en comparación con otros lugares públicos.