La semana pasada se produjeron un par de victorias discretas para el sector del fitness. En primer lugar, los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) incluyeron oficialmente la inactividad física como factor de riesgo de COVID-19 grave. Esta anotación refuerza el debate en curso de que los gimnasios, clubes de salud y estudios son parte de la solución y deberían estar más alineados con la atención sanitaria continua.
Otra victoria reside en Michigan. El gobernador anunció que las empresas -incluidos los gimnasios- pueden solicitar subvenciones para aliviar el estrés financiero provocado por la pandemia.
También incluimos un artículo de Athletech que promueve la campaña #SaveOurGyms, un artículo de Diversidad, Equidad e Inclusión que destaca a varios miembros de IHRSA, y una llamada a la acción para participar en la Semana del Cuidado de la Obesidad.
Los CDC añaden la inactividad física como factor de riesgo de COVID-19 grave
Las investigaciones indican desde hace tiempo que la inactividad física es un factor de riesgo de COVID-19 grave. Ahora, los CDC han incorporado oficialmente la inactividad física a su lista de afecciones médicas que aumentan el riesgo de padecer COVID-19 grave. Los CDC señalan que "las personas que realizan poca o ninguna actividad física, o ejercicio, tienen más probabilidades de enfermar gravemente por COVID-19 que las que son físicamente activas". Ser físicamente activo (o hacer ejercicio con regularidad) es importante para estar sano". En la sección de inactividad física de los CDC se incluyen recursos sobre actividad física y salud, recomendaciones sobre actividad física, cómo ser más activo y cómo crear comunidades favorables a la actividad.