Ya conoces la sensación: Estás sentado en tu ordenador en medio de un proyecto cuando te interrumpe un aviso que dice "Actualización de software". A continuación, se le pide "instalar ahora, en una hora o más tarde esta noche". No hay ninguna opción para decirle a la herramienta de actualización que "me deje en paz, estoy en medio de algo".
Un proceso similar ocurre en nuestros smartphones. No importa cómo tengas configuradas las notificaciones, inevitablemente te interrumpen con avisos de actualización de software. En un mundo de distracciones, esto no es particularmente perturbador, pero puede ser molesto. Una de las razones es que todo parece funcionar bien. ¿Cuál es la emergencia? ¿Cuál es el apuro?
Ahora, piense en esto a una escala mayor y más complicada. El programa CRM o el software de gestión del club necesita ser actualizado. Desgraciadamente, no se trata de un parche menor o de una corrección de código que requiera un simple reinicio. No, se trata de una actualización que cambia la interfaz y los controles operativos. Incluso puede requerir el aprendizaje de un sistema completamente nuevo.