Los psicólogos conductuales actuales han identificado una paradoja central de la cultura de Internet: cuanto más conectados estamos por las redes sociales, más aislados nos sentimos.
La conectividad social es inmediata y a la carta, pero no está galvanizando nuestras comunidades. Estamos a un paso de distancia, nuestros receptores de dopamina están sedientos de satisfacción en las pantallas brillantes de nuestros dispositivos móviles mientras nuestras habilidades interpersonales se atrofian.
Esto es cierto incluso para la generación original en línea, los Millennials, que llegaron a la mayoría de edad a medida que la World Wide Web y la tecnología móvil crecían en influencia. Un estudio reciente publicado en el American Journal of Preventive Medicine descubrió que los adultos de entre 19 y 32 años que pasaban dos o más horas al día en las redes sociales duplicaban su sensación de soledad.
Es un problema social creciente. Una encuesta realizada en 2018 por Cigna descubrió que casi la mitad de los adultos entrevistados (46%) sufría sentimientos de soledad. Experimentar tramos frecuentes de soledad puede acarrear graves consecuencias para la salud. Un estudio afirmó que la soledad crónica puede tener los mismos efectos nocivos para la salud que fumar 15 cigarrillos al día.