Si abre un artículo o un informe sobre salud publicado recientemente, es probable que encuentre el mismo problema que se expone en los primeros párrafos: la inactividad física y las enfermedades crónicas son epidemias constantes en muchas partes del mundo.
Este problema no es nuevo, y los enfoques adoptados en las últimas décadas no han sido suficientes para cambiar el rumbo. Necesitamos nuevos enfoques, y la salud de la población es uno de los más prometedores. En este artículo analizaremos qué es la salud de la población y qué papel puede desempeñar el sector del fitness en este nuevo enfoque de la crisis de la inactividad física.
En Estados Unidos, seis de cada diez personas padecen al menos una enfermedad crónica, y cuatro de cada diez tienen dos o más. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades no transmisibles (ENT) representan 7 de cada 10 muertes en el mundo. Las enfermedades crónicas se asocian a:
una menor mortalidad,
resultados de salud más pobres,
mayor riesgo de depresión, y
menor calidad de vida.
La inactividad física es una de las causas que contribuyen a la aparición de al menos 35 problemas de salud, entre los que se encuentran varias de las 10 principales causas de muerte en EE.UU., y los datos australianos estiman que puede ser responsable de hasta el 10-20% de la carga de enfermedades crónicas relacionadas en ese país. Esta carga no sólo afecta a la salud de las personas: según una estimación, el 11,1% del gasto sanitario total de EE.UU. está relacionado con la actividad física inadecuada, mientras que los CDC atribuyen 117.000 millones de dólares en costes sanitarios a la actividad física inadecuada.