A principios de este año, ukactive publicó un nuevo informe, Liderando el cambioen el que se analizaba el impacto de la prescripción social en el sector de la salud, el fitness y el ocio. La prescripción social es una vía de derivación no médica que pone en contacto a las personas con una serie de apoyos comunitarios para promover mejoras en su salud y bienestar.
Sabemos el importante papel que desempeña la actividad física en la reducción de la carga de los servicios sanitarios y sociales. Concretamente, en el ámbito local, las presiones cada vez mayores sobre el NHS (Servicio Nacional de Salud del Reino Unido).
Queremos ampliar la concienciación sobre el impacto de la salud y el fitness en la salud pública, aprovechar el potencial de nuestra industria y nuestra ambición compartida de crecimiento.
El modelo de crecimiento de ukactive predice que -con medidas de apoyo del gobierno- la afiliación a gimnasios, piscinas y centros de ocio en el Reino Unido podría aumentar hasta el 20% de la población en 2030. Esto supone un aumento del 5% respecto a los niveles de 2019, y equivale a más de cinco millones de socios adicionales. Este crecimiento representa una oportunidad para contribuir aún más a nuestro bienestar colectivo. Como tal, existe claramente un movimiento creciente detrás de la prescripción social, otra área en la que nuestro sector tiene mucho que ofrecer.
En el marco del Plan a Largo Plazo del SNS, ahora se hace hincapié en la atención personalizada, es decir, en ofrecer a las personas la posibilidad de elegir y controlar el apoyo que reciben en función de lo que les interesa. Dentro de este plan se encuentra la prescripción social.
La prescripción social va de la mano del sector de la salud, el fitness y el ocio
La prescripción social tiene como objetivo apoyar a las personas que tienen una serie de necesidades sociales, emocionales o prácticas, con iniciativas a menudo centradas en la mejora de la salud física y mental. Mientras tanto, en el sector de la salud, el fitness y el ocio, una serie de iniciativas basadas en la actividad física ya apoyan estas mejoras de la salud y el bienestar. Entre ellas se encuentran intervenciones específicas y estructuradas, como la derivación al ejercicio y la prevención de caídas, así como la derivación a otras actividades físicas, artísticas y culturales pertinentes.
Aunque algunas de estas intervenciones, como la derivación al ejercicio físico, existen desde hace tiempo y pueden diferir de los objetivos específicos de la prescripción social, todas ellas pretenden mejorar la salud y el bienestar de los participantes y, por tanto, tienen un papel que desempeñar en la prescripción social.