Si alguien dijera hace un año que las máscaras serían uno de los temas más candentes de la actualidad, ¿le habría creído?
A medida que todos nos adaptamos a la nueva normalidad que nos ha planteado el COVID-19, cada vez está más claro que el uso eficaz y sistemático de las mascarillas está relacionado con el control y la mitigación de la propagación del virus en nuestras comunidades. Los expertos coinciden en que las mascarillas son una de las herramientas fundamentales para volver al trabajo y a otras actividades de forma segura, y un aliado clave en nuestra búsqueda de la vuelta a la normalidad.
Dicho esto, es una experiencia diferente llevar una mascarilla para hacer recados que llevarla durante un ejercicio extenuante. Aunque hay pocas investigaciones sólidas debido a las restricciones de la pandemia, las pruebas anecdóticas sugieren que las mascarillas pueden tener algunos efectos adversos en el usuario mientras hace ejercicio. Los resultados pueden variar, pero las pruebas no oficiales han mostrado un aumento de la frecuencia cardíaca y, en algunos casos, mareos, que no se producen al realizar el mismo ejercicio sin máscara. El miembro proveedor de la IHRSA, ACE Fitness, ha publicado unas magníficas orientaciones sobre "Cómo hacer ejercicio con una mascarilla" que incluyen más información sobre estos informes.
Para el uso activo, las máscaras de tela de varias capas son una gran opción. Busca materiales sintéticos -piensa en el poliéster o el spandex- y no más de tres capas para favorecer la transpiración y evitar problemas de humedad. Asegúrate de que se ajustan bien para que sean eficaces y cómodas.
Los proveedores de la industria se han dado cuenta de la demanda de máscaras diseñadas específicamente para una actividad física más intensa y ya hay diferentes opciones disponibles. Veamos algunas de las primeras opciones.