La pandemia trajo consigo un aumento de varias tendencias clave del fitness, incluido un fuerte incremento de la programación en línea y los wearables. Cada año, el American College of Sports Medicine (ACSM) prevé las tendencias emergentes. Para 2023, estamos asistiendo a una especie de remodelación.
Según los datos de los usuarios del ACSM:
En 2021, la formación en línea ocupaba el primer puesto y los wearables, el segundo.
En 2022, los wearables ocupaban el primer puesto y los gimnasios domésticos, el segundo.
Este año, la principal tendencia a tener en cuenta es, de nuevo, la de los wearables, seguida por el entrenamiento de fuerza, número 4 en 2022 y 8 en 2021.
Entonces, ¿por qué estamos asistiendo a una renovada pasión por el entrenamiento de fuerza?
Podría deberse, al menos en parte, a una especie de "resaca" pandémica. Cuando los gimnasios empezaron a reabrir sus puertas, en muchos se aplicaba la "regla del metro ochenta", por lo que se desaconsejaba el ejercicio en espacios reducidos. Hasta cierto punto, es posible que los socios no estén preparados para entrenar muy cerca unos de otros. Por lo general, el entrenamiento de fuerza requiere más espacio en el suelo para un usuario individual, lo que da a la gente la distancia que desea.
Otro problema podría ser el miedo a perderse algo.
"Durante la pandemia, la gente no podía permitirse el lujo de tener sus máquinas y accesorios favoritos de entrenamiento de fuerza en su casa o apartamento", señala Rubén Mejía, vicepresidente ejecutivo de SportsArt. "Algunos tenían acceso a unas cuantas mancuernas y/o kettlebells, pero esos ejercicios se volvían aburridos realmente rápido, y las ganancias eran típicamente limitadas".
"En cuanto empezaron a abrir los gimnasios, la gente acudió en masa a las máquinas de fuerza para entrenar músculos que no habían podido desde la pandemia. Echaban de menos las pesas y añadir variedad a su entrenamiento".