Desde la pandemia de COVID-19, el carácter esencial de la actividad física regular se hizo aún más evidente, a pesar de que las acciones de los responsables políticos de todo el mundo transmitían el mensaje de que consideraban que el sector del fitness no era esencial.
Muchas personas de orígenes, edades y capacidades muy diversas desean hacer ejercicio en su club, pero muchas también se enfrentan a barreras para hacerlo. Estas barreras pueden incluir obstáculos bien conocidos como el tiempo, el coste, el transporte y la intimidación, así como actitudes negativas percibidas, discriminación y falta de inclusión.
La imagen predominante de que los gimnasios y los estudios de salud no son esenciales se atribuye en parte a las percepciones sobre la limpieza de los gimnasios y su falta de atractivo (en el mejor de los casos, los gimnasios llegan al 20% de la población).
El público necesita saber que, como sector, somos un lugar solidario, acogedor e integrador para personas de todas las edades, orígenes y capacidades.
Aquí es donde entra en juego el compromiso Get Active for All, el primer paso para ampliar el alcance de nuestro sector y lograr una mayor inclusión de todas las personas en el fitness y el deporte.
¿Cuál es el objetivo del juramento?
El propósito de este compromiso es sencillo: Inspirar a la industria para que los adultos y los niños de todas las edades, orígenes y capacidades puedan ser más activos.
Los clubes por sí solos no pueden hacer frente a todas las barreras, pero tenemos el poder de crear un sector deportivo y de fitness inclusivo. Podemos ayudar a personas de todas las capacidades a participar plenamente en el deporte y el fitness, y asegurarnos de que nadie se sienta incómodo o intimidado. Podemos innovar y adaptar nuestra oferta para crear un espacio (virtual o físico) para cada persona.
La inactividad física es un problema mundial, y el panorama suele ser peor para las personas con discapacidad. Cuando la cátedra de la UNESCO preguntó a los gimnasios por sus socios con discapacidad, el 57% declaró tener un 10% de socios -o menos- con discapacidad, y el 28% declaró no tener ningún socio con discapacidad. La pandemia de COVID-19 no ha hecho sino aumentar estas disparidades.