Se trata de un acontecimiento importante, que plantea serias dudas sobre la responsabilidad de los operadores de los clubes para proteger la privacidad de esos usuarios.
Uno de los dispositivos fit-tech más utilizados es el smartwatch, que, entre otras cosas, registra los pasos. La popularidad de este tipo de wearables ha dado lugar rápidamente a modelos más sofisticados, que cuentan las repeticiones, controlan la frecuencia cardíaca en el trabajo y en el descanso, calculan el VO2 máximo, hacen un seguimiento del sueño, proporcionan información del GPS, etc.
La tendencia al seguimiento de datos cobró aún más fuerza en junio, cuando Apple anunció que su último reloj contará con una función GymKit que permitirá a los socios conectar sus relojes digitales a los equipos de cardio de los principales fabricantes, lo que les permitirá seguir sus entrenamientos en los clubes.
Está claro que este tipo de tecnología ha llegado para quedarse. En marzo, CCS Insight, una empresa de marketing con sede en Londres centrada en los sectores de la telefonía móvil e inalámbrica, predijo que este año se venderán 96 millones de dispositivos vestibles. Se prevé que el sector alcance los 16.900 millones de dólares en 2021.
Grandes herramientas
No es de extrañar que muchos operadores y entrenadores de clubes hayan optado por incorporar la nueva tecnología de fitness a sus operaciones y programas de entrenamiento.
Los wearables pueden ser una gran herramienta para mantener a los miembros motivados y comprometidos, ya sea a través de un reto de fitness en grupo, o mediante el seguimiento del progreso de un individuo en el tiempo.
Los clubes experimentan constantemente con nuevas tecnologías: utilizan sensores para registrar a los socios, sustituyen los carnés por sistemas de reconocimiento facial e incluso utilizan chatbots. Este último, un programa informático que simula una conversación a través de la mensajería instantánea, anima a los nuevos socios a seguir persiguiendo sus objetivos de fitness.
En muchos casos, los propios socios están impulsando el impulso en los clubes que aún no han adoptado esta tecnología. Llevan sus propios dispositivos y comparten los resultados con sus entrenadores y otras personas.
La tecnología de la salud ha creado nuevas formas de mantener el compromiso de los afiliados mediante el seguimiento y la cuantificación de sus actividades y progresos. Sin embargo, al hacerlo, ha generado una enorme cantidad de datos personales, lo que plantea importantes cuestiones. El principal de ellos es la privacidad.
Datos sensibles
Los datos recogidos por fit-tech suelen estar relacionados con la salud y, por tanto, deben tratarse como información sensible.
En vista de ello, muchos países han empezado a regular cómo se recoge, maneja y almacena esta información. En la actualidad, más de 50 han aprobado algún tipo de ley de protección de datos personales, aunque el nivel de protección que se exige a las empresas varía mucho.
Por ejemplo, en Estados Unidos, los datos recogidos por la mayoría de los dispositivos de fitness no alcanzan el nivel de información sanitaria protegida en virtud de la Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico de 1996 (HIPAA), una ley que regula la privacidad y seguridad de los datos médicos. Sin embargo, en el Reino Unido, estos mismos datos probablemente sí se consideren datos personales sensibles, que requieren un nivel de protección más elevado.
Dicho esto, independientemente del estado o país en el que se opere, es una buena política considerar estos datos como información personal sobre la salud de sus afiliados y tratarlos con respeto y cuidado. Es probable que sus afiliados protejan estos datos, y usted también debería hacerlo.
Preocupaciones de los diputados
Al menos algunas personas son conscientes de que cada dispositivo o proveedor de aplicaciones trata los datos personales de forma diferente -para bien o para mal- una vez que se acumulan y salen de su control. En algunos casos, los corredores de datos compran la información generada por los dispositivos de seguimiento y, a su vez, la revenden a los vendedores o a las aseguradoras para que la utilicen para determinar las primas.
Una reciente encuesta de Pew reveló que sólo una escasa mayoría (el 52%) de los pacientes se sentía cómoda subiendo su información médica a un sitio seguro para compartirla con su médico. Casi la mitad de los encuestados -el 46%- se oponía a hacerlo o solo lo haría en función del contexto.
Esto es un poco sorprendente si se tiene en cuenta que los médicos son los cuartos profesionales en los que más se confía en el mundo.
¿Qué significa esto para los clubes?
Aunque a sus afiliados les encanten las funciones y la motivación que ofrecen los nuevos dispositivos, les sigue importando, y mucho, lo que ocurre con sus datos personales.