Nuevo informe: El ejercicio desempeña un papel clave en la salud mental y el bienestar
Las pruebas actuales indican que la actividad física y el ejercicio benefician a la salud mental. En junio de 2021, la Fundación John W. Brick publicó su informe Move Your Mental Health, una revisión de los estudios realizados en los últimos treinta años. Este artículo resume las principales conclusiones del informe y lo que estos datos significan para los profesionales del sector del fitness.
Mientras el mundo sigue saliendo poco a poco de la pandemia del COVID-19, aún no se han determinado las repercusiones a largo plazo de los últimos 18 meses en la salud física y mental. Algunos expertos en salud mental temen que en un futuro próximo surja un "tsunami" de problemas de salud mental. La inversión en estrategias para mejorar y abordar la salud mental nunca ha sido más oportuna.
Hace tiempo que hay datos que sugieren que la actividad física y el ejercicio benefician a la salud mental. En junio de 2021, la Fundación John W. Brick publicó su Informe "Mueve tu salud mentalque proporciona una revisión del alcance de más de 1.000 estudios realizados en los últimos treinta años. La investigación arrojó una amplia red, incluyendo estudios sobre cualquier variedad de actividad física, ejercicio o tipo de movimiento y cualquier resultado de salud mental publicado entre 1990 y 2020.
Los resultados fueron abrumadoramente positivos. De los 1.158 estudios examinados, el 89% encontró una asociación positiva y estadísticamente significativa entre la actividad física o el ejercicio y la salud mental. Los tres principales tipos de ejercicio vinculados a los beneficios para la salud mental fueron:
actividad física general (una categoría amplia que representa cualquier movimiento),
actividad física cardiovascular/aeróbica, y
el yoga.
Cuando se consideran únicamente los ensayos controlados aleatorios (ECA) -a menudo considerados como el estándar de oro y el tipo de estudio más riguroso- el 87% encontró asociaciones positivas estadísticamente significativas entre la actividad física o el ejercicio y la salud mental.
Ejercicio y salud mental
Esta revisión encontró vínculos estadísticamente significativos y beneficiosos entre varios tipos de actividad física y la depresión, la ansiedad general, el estado de ánimo, la salud mental general, la calidad de vida, el estrés y el bienestar.
Las asociaciones más fuertes en todos los casos fueron para la depresión. Una revisión citada en el informe y publicada en el Journal of the American Medical Association, que incluía 39 ensayos, descubrió que el ejercicio se asociaba a una reducción de los síntomas de la depresión en comparación con la ausencia de tratamiento y con los grupos de placebo y de control activo. Otros estudios descubrieron que los efectos del ejercicio no eran diferentes de los de la psicoterapia o los antidepresivos.
La investigación también sugiere que el ejercicio es beneficioso para la ansiedad. Los metanálisis de los estudios han demostrado que el ejercicio es más eficaz para tratar la ansiedad que los grupos de control. El ejercicio mejoró los síntomas de ansiedad en personas con un diagnóstico de ansiedad u otro trastorno relacionado con el estrés y en aquellas con ansiedad "clínicamente elevada". Cada vez hay más pruebas que indican que la actividad física puede proporcionar un alivio inmediato de la ansiedad después de una sesión. Las pruebas demuestran que el ejercicio puede ser una solución a largo plazo y también un posible mecanismo de afrontamiento inmediato para las personas con ansiedad.
La evidencia hasta ahora sugiere que un régimen de ejercicio efectivo para la depresión y la ansiedad incluye tanto el entrenamiento aeróbico como el de resistencia a través de cuatro a cinco sesiones de 30 a 45 minutos cada semana. El ejercicio también debe ser supervisado por un profesional de la salud capacitado y debe tener en cuenta el disfrute, la comunidad y la cultura de los participantes para maximizar la adherencia. Las personas con ansiedad también se benefician de añadir formas de ejercicio más conscientes como el yoga, el Tai Chi y el Qigong una o dos veces por semana.
Ejercicio y enfermedad mental
Aunque el ejercicio no puede curar las enfermedades mentales, puede aportar importantes beneficios para el bienestar general.
Por ejemplo, el informe destaca las pruebas que sugieren que el ejercicio aeróbico puede reducir los síntomas psiquiátricos y mejorar la cognición en personas con trastornos de tipo esquizofrénico. Un estudio que incluía 39 ensayos descubrió que las intervenciones de actividad física tenían un efecto significativo en la disminución de los síntomas de depresión y esquizofrenia. Las intervenciones también mejoraron la calidad de vida de las personas con enfermedades mentales.
El informe también señala un meta-análisis de 19 estudios, que encontró que el yoga era mejor para los síntomas depresivos en contraste con ningún tratamiento o el tratamiento habitual para las personas con:
depresión,
estrés postraumático,
esquizofrenia,
la ansiedad,
el consumo de alcohol, y
el trastorno bipolar.
En este análisis, los autores observaron una relación entre una mayor frecuencia de yoga y una mayor reducción de los síntomas.
Hay menos pruebas disponibles para enfermedades mentales graves como el trastorno bipolar y la esquizofrenia. Sin embargo, las investigaciones sugieren que la actividad física es más beneficiosa para controlar los síntomas "negativos" -como el retraimiento y la apatía- que para los "positivos" -como las alucinaciones o los pensamientos confusos-. Otro beneficio añadido de la actividad física para las personas con enfermedades mentales graves es su papel en la prevención y el control de las enfermedades cardiometabólicas, que a menudo pueden acompañar a estas enfermedades, aumentar el riesgo de enfermedad y reducir la longevidad.
Principales recomendaciones
Según el informe, los beneficios del ejercicio y la actividad física para la salud mental son más evidentes cuando:
La intensidad es de moderada a vigorosa,
se produce varias veces por semana,
realizar una combinación de entrenamiento aeróbico y de resistencia, y
incluye actividades basadas en la atención plena, como el yoga, el Tai Chi y el Qigong.
Es importante recordar que más no siempre es mejor. Las pruebas sugieren una curva en forma de U, con beneficios máximos en un régimen de ejercicio moderado y vigoroso de tres a cinco veces por semana. En consonancia con las recomendaciones de las directrices de actividad física mundiales y estadounidenses, la combinación de entrenamiento cardiovascular con ejercicios de resistencia o fortalecimiento muscular fue más beneficiosa que cualquiera de ellos por separado.
Alexandra Black Larcom, MPH, RD, LDN, ocupó anteriormente el cargo de Directora Senior de Promoción de la Salud y Política Sanitaria de IHRSA, un puesto dedicado a crear recursos y proyectos para ayudar a los miembros de IHRSA a ofrecer programas de salud eficaces y a promover políticas que hagan avanzar al sector.