Mientras el mundo sigue saliendo poco a poco de la pandemia del COVID-19, aún no se han determinado las repercusiones a largo plazo de los últimos 18 meses en la salud física y mental. Algunos expertos en salud mental temen que en un futuro próximo surja un "tsunami" de problemas de salud mental. La inversión en estrategias para mejorar y abordar la salud mental nunca ha sido más oportuna.
Hace tiempo que hay datos que sugieren que la actividad física y el ejercicio benefician a la salud mental. En junio de 2021, la Fundación John W. Brick publicó su Informe "Muévete por la salud mentalque proporciona una revisión del alcance de más de 1.000 estudios realizados en los últimos 30 años. La investigación arrojó una amplia red, incluyendo estudios sobre cualquier variedad de actividad física, ejercicio o tipo de movimiento y cualquier resultado de salud mental publicado entre 1990 y 2020.
Los resultados fueron abrumadoramente positivos
De los 1.158 estudios examinados, el 89% encontró una asociación positiva y estadísticamente significativa entre la actividad física -o el ejercicio- y la salud mental.
Los tres principales tipos de ejercicio vinculados a los beneficios para la salud mental fueron:
actividad física general (una categoría amplia que representa cualquier movimiento),
actividad física cardiovascular/aeróbica, y
el yoga.
Las conclusiones extraídas de este informe son abrumadoramente positivas para la industria de la salud y el fitness. El sector de la salud y el fitness no solo proporciona a las personas espacios y equipos seguros para ocuparse de su salud física, sino que también contribuye a mejorar y mantener la salud mental de las personas.
Ejercicio y salud mental
Esta revisión encontró vínculos estadísticamente significativos y beneficiosos entre varios tipos de actividad física y la depresión, la ansiedad general, el estado de ánimo, la salud mental general, la calidad de vida, el estrés y el bienestar.
Las asociaciones más fuertes en todos los casos fueron para la depresión. Una revisión citada en el informe y publicada en el Journal of the American Medical Association, que incluía 39 ensayos, descubrió que el ejercicio se asociaba a una reducción de los síntomas de la depresión en comparación con la ausencia de tratamiento y los grupos de placebo y control activo. Sin embargo, otros estudios descubrieron que los efectos del ejercicio no eran diferentes de los de la psicoterapia o los antidepresivos.