Al comenzar otro año, es útil recordar lo diferentes que son las cosas ahora de lo que eran a principios de 2022. El pasado mes de enero comenzó con máscaras, distanciamiento social y enfermedades generalizadas a medida que la variante Omicron COVID-19 se extendía por todo el mundo.
Sin embargo, 2022 terminó como la temporada navideña más normal en tres años, con viajes, gastos y socialización en niveles casi prepandémicos. Pero aunque la vida en Estados Unidos parece mucho más normal ahora, esa normalidad no es la misma que en 2019, por lo que esperar que los consumidores vuelvan a sus hábitos anteriores a la pandemia es poco realista.
Desde 2018, el programa de investigación State of Our Health ha seguido estos cambios y su impacto en la salud, la forma física y los hábitos alimenticios de los estadounidenses. State of Our Health es la mayor y más completa fuente de información sobre alimentación, forma física y mindfulness en Estados Unidos, basada en investigaciones y datos objetivos cuantitativos y cualitativos.
La buena noticia es que los estadounidenses están tan comprometidos con el ejercicio como siempre, en algunos casos incluso más. El reto para la industria del fitness, sin embargo, será mantener la estabilidad, ya que los consumidores siguen experimentando con una abundancia de opciones. Echemos un vistazo.
Qué es diferente ahora para los consumidores de fitness
El compromiso con la actividad física, que definimos como el número de estadounidenses que declaran hacer ejercicio o realizar un seguimiento de su forma física al menos una vez a la semana, es mucho más dinámico ahora que antes de la pandemia. Cada vez hay más personas que entran y salen de esta categoría, lo que implica adquirir y abandonar hábitos con bastante frecuencia. Antes de la pandemia, la práctica de ejercicio físico era constante, con algunos patrones estacionales, pero sin la volatilidad de los últimos años.