Un cartel que cuelga en la oficina de Amy Williams en el Little Rock Racquet Club, en Little Rock, AR, nos lo recuerda a diario: "Obtienes lo que exiges, y fomentas lo que toleras".
Cada vez que piensa en estas palabras -atribuidas al difunto Tom Landry, el entrenador de los Dallas Cowboys que batió récords- recuerda los cuatro días de formación que pasó el pasado agosto en el Instituto IHRSA.
En la sesión del año pasado, Brent Darden, director general de Brent Darden Consulting, en Dallas, y antiguo presidente de la junta directiva de la IHRSA, compartió el principio de Landry durante su seminario, "Planificación estratégica para ejecutivos de clubes", explicando cómo se aplicaba al sector de los gimnasios.
"Son palabras para vivir", dice Williams, señalando el cartel. "Son un recordatorio de cómo pequeños comportamientos inadecuados -como que el personal coma en la recepción o haga largas llamadas telefónicas personales- pueden arraigar en la cultura del lugar de trabajo. Pero este tipo de cosas acaban restando éxito a la empresa".
Este instructivo dato no es más que uno de los muchos que Williams extrajo en el Instituto y llevó a su club, donde, como subdirectora y directora de socios, gestiona una plantilla de 20 personas durante todo el año, que se amplía a 30 ó 40 en verano.
Este club de 65.000 pies cuadrados, uno de los cuatro que posee y gestiona los Centros Atléticos de Little Rock (LRAC), está situado en 10 acres arbolados y cuenta, entre sus muchos servicios, con 12 pistas de tenis al aire libre, una piscina olímpica de 50 metros y dos piscinas adicionales. Atiende a 1.600 socios.
Williams ha trabajado para la familia de clubes LRAC durante 16 años, comenzando a la edad de 16 años como asistente de toallas en el Little Rock Athletic Club. Luego pasó a la recepción, donde permaneció durante seis años, antes de formarse en la venta de socios. En 2010, se convirtió en la directora de servicios a los socios y, en 2016, asumió los cargos que ocupa actualmente.
Durante su estancia en la empresa, obtuvo su licenciatura en psicología, así como un máster en psicología industrial y organizativa.
Frank Lawrence, director general de la empresa, se fijó en el talento, la dedicación y el trabajo de Williams y la invitó a asistir al Instituto. Lawrence también es miembro de la junta directiva de IHRSA y él mismo es un antiguo alumno del Instituto.
"El Instituto me inspiró mucho", dice Williams. "Después de asistir y haber escuchado a los increíbles ponentes, no podía esperar a volver a escuchar a estas personas.
"Quería ser una de esas personas".
Por eso, cuando surgió la oportunidad de hablar en la 38ª Convención Internacional y Exposición Comercial de la IHRSA, en San Diego, en marzo, Williams sometió su nombre a consideración. Aunque nunca había asistido a la convención, fue elegida para participar en IGNITE!, un evento de 75 minutos de duración en el que 10 ponentes, utilizando 20 diapositivas, comparten sus ideas personales y profesionales sobre una amplia gama de temas.
"Hablé sobre 'Mejorar el día', que es el tema que ponemos en práctica en la experiencia de los socios en nuestro club", explica. "Intentamos mejorar el día de cada socio o invitado que entra por la puerta".
Su relato atrajo la atención de un público de 200 personas que se encontraba de pie y que respondió con aplausos entusiastas.
El inmenso tamaño y alcance del Centro de Convenciones de San Diego superaba con creces el del campus de la UNC, pero, según descubrió Williams, gracias a la experiencia del Instituto, se sintió como en casa. "Vi a mucha gente que conocía del Instituto en la convención", dice. "Ver sus rostros amigables hizo que todo fuera mucho menos intimidante.
"Asistir al Instituto me preparó muy bien para la convención... y para mucho más".