Cada socio de un club de salud tiene una historia. Lo que no quieres es que esa historia se cuente a través de un abogado.
Por desgracia, así es el mundo en el que vivimos. Los titulares de hoy están llenos de personas que afirman haber sufrido algún tipo de lesión por la negligencia de un gimnasio. Por ejemplo, una mujer de Nueva York demandó a un gimnasio por un millón de dólares después de que una banda de ejercicios se deslizara de su pie y la golpeara en la cara, dejándola parcialmente ciega. Otro socio demandó a un club por "una pelota de ejercicios que explotó". En otro club del Estado de Nueva York, un jurado emitió un veredicto contra un entrenador personal por la suma de 1,4 millones de dólares (!) por utilizar un régimen de entrenamiento inadecuado para un cliente que se había lesionado.
Ya te haces una idea. Tanto si las lesiones son resultado de un error del usuario, de una negligencia real o incluso si son reclamaciones falsas, el proceso es el mismo. Se presenta la demanda y el club tiene que defenderse.