El club de Hamilton seguía los protocolos de seguridad locales, algunos de los cuales son:
- Limpieza exhaustiva y frecuente con solución de calidad hospitalaria, y toallitas desinfectantes para que los socios las utilicen en sus equipos.
- Comprobación de la temperatura y revisión antes de la asistencia a clase.
- Política de máscaras que exige cubrirse la cara al entrar y salir del estudio y al dirigirse a la bicicleta. Una persona sólo podía quitarse la máscara una vez en su bicicleta y lista para la clase.
- Señalización del suelo y políticas de llegada y salida para facilitar el distanciamiento social.
- Funcionamiento limitado: los estudios estaban al 50% de su capacidad, con 21 bicicletas en lugar de 43.
No está claro en los protocolos de seguridad de Return to Ride del club si la instalación había implementado o no alguna medida de seguridad mejorada con respecto a su sistema de HVAC.
A pesar de estas medidas, se produjo un brote, lo que pone de manifiesto lo difícil que puede ser predecir y prevenir estos eventos de superdifusión.
Lo que sabemos sobre la transmisión de COVID-19
Al principio de la pandemia, los eventos de superdifusión eran el principal impulsor de la transmisión de COVID-19, con pruebas de Hong Kong, Israel y Londres que sugieren que entre el 1 y el 19% de las personas eran responsables del 80% de la transmisión de COVID-19. Más recientemente, las pequeñas reuniones sociales parecen estar impulsando la propagación.
Los eventos de superdifusión son poco comunes, impredecibles y pueden ocurrir en cualquier lugar, desde una reunión de líderes de la biotecnología hasta la Rosaleda de la Casa Blanca.
Los eventos con gran propagación se ven facilitados por un par de factores que ocurren simultáneamente: una persona altamente infecciosa que entra en contacto con un gran número de personas durante el periodo en el que es más contagiosa. Según un preimpreso no revisado, este periodo se produce durante un periodo de medio día a un día, entre dos y seis días después de la infección.
La transmisión asintomática y presintomática de la enfermedad también desempeña un papel fundamental. El hecho de que la infectividad comience 5-6 días antes de la aparición de los síntomas y alcance su punto álgido a medida que éstos aparecen significa que las personas altamente infecciosas suelen ser más contagiosas antes de que se den cuenta de que están enfermas.
Los clubes de salud llevan meses abiertos en todo el mundo y no han visto un gran brote en los centros de fitness tradicionales. Antes de este evento, el estudio Hamilton también había estado abierto durante varios meses sin ningún caso. Las pruebas de rastreo de contactos de varios estados, un estudio de control de casos de los CDC y los datos de registro de la industria apuntan al hecho de que los gimnasios no son, en su mayor parte, un motor principal de la propagación del COVID-19.
Medidas clave para ayudar a prevenir la propagación aérea de COVID-19
A pesar de las dificultades para predecir eventos de superdifusión como éste, todavía hay medidas que las empresas pueden tomar para reducir el riesgo de transmisión del COVID-19, especialmente a la luz de las continuas pruebas que sugieren la propagación por el aire. Según la OMS, "un sistema [de calefacción, ventilación y aire acondicionado] bien mantenido y operado puede reducir la propagación del COVID-19 en los espacios interiores aumentando la tasa de cambio de aire, reduciendo la recirculación del aire y aumentando el uso del aire exterior".