No es ningún secreto que la salud física y la mental están estrechamente relacionadas. Organizaciones sanitarias de todo el mundo -como la OMS Europa, los CDC y Health Direct de Australia- handejado claros los vínculos positivos entre la actividad física y la salud mental. Si conseguimos que los estadounidenses sean más activos físicamente, podremos luchar también contra la crisis de salud mental.
Los más de 40.000 centros de salud y fitness de Estados Unidos constituyen una primera línea de defensa vital en el ecosistema sanitario del país. Al proporcionar programas, equipos y espacios seguros a los más de 70 millones de estadounidenses que frecuentan los centros de salud y fitness, las personas tienen la posibilidad de hacerse cargo de su salud y su estado físico. Al comprometerse con la actividad física, estas personas combaten proactivamente las enfermedades crónicas y mantienen su salud mental.
Estados Unidos no puede permitirse otro 2020
Los gimnasios de Estados Unidos son una parte vital de la solución para garantizar que Estados Unidos no vuelva a sufrir otro año como el 2020. La aprobación de la Ley GYMS significaría que las instalaciones de salud y fitness de Estados Unidos saldrían de esta crisis lo suficientemente fuertes como para seguir proporcionando un espacio seguro y una programación para mejorar la salud de Estados Unidos.
Los gimnasios de todo el país fueron de los primeros negocios a los que se ordenó cerrar y los últimos a los que se permitió reabrir. Una vez que se les permitió reabrir, operaron bajo algunas de las directrices más restrictivas para cualquier industria. La devastación económica resultante obligó a muchas de estas instalaciones a cerrar definitivamente sus puertas y dejar a sus empleados sin trabajo. Uno de cada cinco gimnasios ha cerrado definitivamente a partir del 31 de diciembre de 2020, y decenas de miles más están en peligro.
Los centros de salud y fitness requieren y merecen una atención especial por parte del gobierno federal para seguir actuando como primera línea de defensa de la salud mental y física de los estadounidenses. Estas instalaciones necesitan el alivio proporcionado por la Ley GYMS, no sólo debido a las dificultades económicas que sufrieron sin culpa, sino para que puedan seguir desempeñando un papel vital en la restauración de la salud física y mental de los Estados Unidos.