Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. afirman que el COVID-19 se transmite principalmente a través de las gotitas respiratorias de la nariz y la boca -a menudo durante el contacto estrecho- y los fómites. Las gotas respiratorias son partículas de más de 5-10 micrómetros, mientras que los fómites son gotas infectadas que quedan en las superficies.
Desde principios de la primavera, los científicos han planteado la hipótesis de que el SARS-CoV-2, el virus causante del COVID-19, también puede propagarse a través de los aerosoles, o partículas muy pequeñas transportadas por el aire -de un tamaño inferior a 5 micrómetros- que pueden permanecer en el aire más tiempo que las gotas respiratorias más densas.
Aerosoles y gimnasios: Lo que sabemos actualmente
La OMS afirma actualmente que no se puede descartar la transmisión a través de aerosoles en espacios cerrados con poca ventilación, y que "se necesitan urgentemente más estudios para investigar estos casos y evaluar su importancia para la transmisión del COVID-19". El 5 de octubre de 2020, los CDC actualizaron su página "Cómo se propaga el COVID" para reconocer la existencia de circunstancias poco comunes en las que las partículas transportadas por el aire han transmitido potencialmente el COVID-19, señalando que estos casos se produjeron en espacios cerrados y mal ventilados y que a menudo implicaban actividades que provocaban una respiración más intensa. Los CDC no han cambiado ninguna recomendación basada en esta actualización.
Varios estudios han demostrado que el SARS-CoV-2 forma aerosoles que pueden permanecer en el aire. Sin embargo, los científicos no saben qué proporción de gotas exhaladas al hablar, respirar o cantar se evaporan para formar aerosoles, ni qué dosis de partículas de aerosol infectadas daría lugar a una infección por COVID-19.
Por ejemplo, en estudios publicados en la revista Aerosol and Air Quality Research y en el International Journal of Infectious Disease, los científicos tomaron muestras de aire y encontraron el SARS-CoV-2 en el Student Healthcare Center (SHCC) de la Universidad de Florida (UF) y en la habitación de hospital de un paciente con COVID-19.
Un dispositivo para analizar el aire en busca de SARS-CoV-2
En los estudios se utilizó un dispositivo, desarrollado por los doctores Chang-Yu Wu y John Lednicky, junto con Aerosol Dynamics Inc., que es capaz de tomar muestras eficientes de las partículas del virus que causa la COVID-19 en el aire. Funciona recogiendo suavemente los virus transportados por el aire y preservando su viabilidad mediante una tecnología basada en la condensación del vapor de agua, algo que no es posible con otros dispositivos. Puede ver el dispositivo de muestreo de aire en acción en la zona de cardio del club miembro de la IHRSA Gainesville Health & Fitness Center, uno de los lugares en los que los investigadores recogieron muestras de aire.