Lecciones de la Gran Recesión
Desde la Segunda Guerra Mundial, las recesiones estadounidenses han durado una media de 10 a 11 meses. La Gran Recesión duró oficialmente de diciembre de 2007 a 2009, según el NBER. Su causa principal fue el colapso del mercado inmobiliario, que desembocó en una crisis financiera marcada por el impago generalizado de las hipotecas y las ejecuciones hipotecarias. El PIB disminuyó, se perdieron puestos de trabajo y la renta familiar media se redujo significativamente.
Durante la Gran Recesión, la tasa de desempleo de EE.UU. alcanzó un máximo del 10%, volviendo a los niveles anteriores a la recesión varios años después. La mediana de los ingresos familiares se recuperó finalmente en 2016. Tras los retrocesos, el S&P 500 tardó seis años en recuperarse. Aunque los efectos se dejaron sentir en todo el mundo, las condiciones variaron de un país a otro.
¿Cómo les fue a los operadores de clubes -y al sector estadounidense-? Mejor de lo que algunos esperaban, según Caro.
"La industria no disminuyó de tamaño", señala. "Más bien, su curva de crecimiento se aplanó". El número total de clubes en EE.UU. se mantuvo igual en 2008 y 2009. El crecimiento del número de socios también se aplanó. Sin embargo, remontó un año después.
"En tiempos difíciles es cuando prosperan las buenas empresas", afirma Steven Schwartz, Consejero Delegado de Midtown Athletic Clubs, una empresa con sede en Chicago que ha experimentado múltiples cambios en la economía desde su fundación en 1970. "Tienen estas características básicas justo antes de que llegue una recesión: un concepto sólido, buena gente, una cultura fuerte y un balance sólido, lo que significa poco apalancamiento y efectivo en el banco."
Lise Kuecker, fundadora y CEO de Studio Grow, recuerda que firmó su primer contrato de alquiler en 2007 y entonces se dio cuenta de que la economía estaba en una espiral descendente. "Los tipos de interés fluctuaron hasta límites insospechados y las entidades financieras se hundieron".
Kuecker afirma que superar una recesión profunda, especialmente en una empresa nueva, te hace más fuerte y más capaz de sobrevivir a los retos del futuro.
"Cuando abres y construyes durante una recesión, tienes otro tipo de agallas y ganas de triunfar", afirma. "Te obliga a ser excelente en todo".
En la actualidad, la consultora de Kuecker tiene clientes en 48 países, y ha visto dificultades económicas en varios de esos mercados.
"Si empiezo a ver despidos importantes, un cambio en el gasto de los consumidores o en las cifras de confianza, me aseguro de llevar el barco lo más apretado posible", dice.