Hay muchas razones para ofrecer programas de fitness para niños y cuidado de niños en su club. Sin embargo, es importante que usted y su personal estén bien preparados para los riesgos asociados al desarrollo de este tipo de programas. La Academia Americana de Pediatría estima que, cada año, unos 3,5 millones de niños menores de 14 años se lesionan mientras practican deportes o participan en otras actividades recreativas. Aunque muchas de estas lesiones se producen fuera del entorno de un club, es crucial ser consciente de los problemas legales y de seguridad únicos a los que podría enfrentarse al trabajar con niños.
A continuación se presentan tres tipos de situaciones que pueden ocurrir en su club y cómo puede utilizar estos ejemplos para revisar sus políticas para niños y adolescentes y prepararse para situaciones como éstas que podrían afectar a la capacidad de los niños para disfrutar de una sesión de sudor segura y eficaz:
El elevador de cargas
Aaron, un estudiante de secundaria que está entrenando para entrar en el equipo de fútbol del pueblo, decide que va a empezar a ir a su gimnasio para ganar masa muscular y aumentar su volumen antes de que empiecen las pruebas. En su primer día de entrenamiento, entra en el gimnasio para reunirse con un miembro del personal en la recepción. Hace algunas preguntas sobre el equipamiento de la sala de pesas y el empleado le pregunta qué edad tiene. Responde su edad y el empleado le informa de que, por razones de seguridad, no se le permite utilizar este equipo porque corre un mayor riesgo de hacerse daño.
¿Debe permitirse a Aaron utilizar las pesas libres? Y si es así, ¿qué planes debería tener el club para asegurarse de que Aaron está entrenado, supervisado y está haciendo ejercicios apropiados para su edad?
Sí, se le debe permitir siempre que se tomen las precauciones necesarias. El sistema óseo aún no se ha desarrollado completamente en los niños y, por ello, son más vulnerables a las lesiones que los adultos. Al enseñar a los niños a utilizar las pesas y las máquinas autónomas, es importante centrarse en la resistencia ligera, los movimientos controlados y la técnica adecuada para mantenerlos seguros. Los grupos de profesionales de la salud y del fitness coinciden en que un programa de entrenamiento de fuerza supervisado que siga las directrices recomendadas es seguro y eficaz para los niños. No existe un requisito de edad mínima recomendada para que un niño participe en un programa de entrenamiento de fuerza, aunque el niño debe ser capaz de seguir instrucciones y mostrar un equilibrio adecuado, lo que generalmente ocurre a los 7 u 8 años de edad.
Muchos clubes exigen que los socios más jóvenes tomen una clase antes de poder entrenar sin supervisión o pueden exigir que los padres estén presentes. Haga lo que haga, es importante contar con un sistema que garantice que sus socios más jóvenes no empiecen a entrenar sin la instrucción adecuada. Para ello, es útil contar con una política exhaustiva que puede incluir: si el club tiene un requisito de edad mínima para permitir el uso de determinados equipos, si se requiere el permiso de los padres, si se requiere una sesión de formación de seguridad con un entrenador o asesor antes de utilizar las instalaciones por primera vez, si se requiere la aprobación de un médico y si se requiere la supervisión del personal.