Entonces, a principios de 2019, Durall recibió una comunicación del vicepresidente adjunto de relaciones gubernamentales de IHRSA, Jeff Perkins, sobre un proyecto de ley que ya había sido aprobado por un comité. Durall sabía que si no hacía algo esta legislación podría costar a su club miles y posiblemente paralizar su negocio. El Senado de Washington quería aprobar un proyecto de ley que esencialmente anulaba todas las exenciones de responsabilidad, pero sólo para los gimnasios con fines de lucro. Si se aprobaba, habría abierto los gimnasios y clubes de salud a un aluvión de demandas frívolas.
"El ejercicio tiene un riesgo inherente, y lo sabemos", dice Durall. "Que se proponga una legislación que nos quite [las exenciones de responsabilidad] nos expondría realmente a un sinfín de demandas que costarían miles de dólares y nos sacarían a algunos del negocio".
OAC está abierto las 24 horas, y sus abonos incluyen equipos de entrenamiento cardiovascular y de pesas, una amplia variedad de clases de ejercicio en grupo, dos piscinas y mucho más. Sin las exenciones de responsabilidad, los gimnasios de WA tendrían que plantearse reestructurar por completo el tipo de equipos y servicios que mantienen en su club.
¿Qué podía hacer Durall?
Se puso en marcha, creando campañas de base -con la ayuda del equipo de Relaciones Gubernamentales de IHRSA- y se puso en contacto con el personal y los propietarios de otros gimnasios de todo el estado. "La respuesta fue realmente inspiradora", dice Durall. "Ver a los propietarios y gerentes de clubes de salud de todos los distritos -sin importar su ubicación o afiliación política- trabajar juntos para asegurarse de que podamos continuar con ese trabajo fue muy inspirador."
El movimiento no se detuvo ahí. Durall y los clubes con los que se puso en contacto enviaron correos electrónicos, cartas y faxes a sus legisladores estatales, a veces incluso llamando a sus oficinas para expresar su oposición al proyecto de ley. Los clubes también comprobaron sus registros de socios para ver si alguno de los legisladores era socio de su club.
Llevó tiempo, pero Durall dice que juntos el sector se impuso. El proyecto de ley no pasó a la segunda comisión ni se convirtió en ley. "Todo el mundo se unió con un propósito, que era impedir que se aprobara esta legislación", afirma.
Es fácil para los gimnasios centrarse en la expansión de su negocio, el desarrollo de un nuevo programa o la compra de nuevos equipos. El problema es cuando los clubes asumen que otro se encargará de la situación, o que no necesitan hacer oír su voz. "La realidad es que si no prestas atención al tipo de legislación que se puede proponer y que podría paralizar tu negocio, no vas a estar preparado para afrontarla".
Esta experiencia ha llevado a Durall y a OAC a unirse al Consejo de Liderazgo de la Industria (ILC). Algo que ahora cree que es una de las cosas más importantes que puede hacer cualquier club.