La Fundación IHRSA, el brazo benéfico de IHRSA, ha estado muy ocupada organizando eventos y utilizando la investigación para encontrar una manera de motivar al 60% de la población que no hace ejercicio. Uno de los proyectos de la fundación, United We Rise, generó una interesante investigación de los consultores estratégicos ClearView Insights que aplicó algunos de los principios asociados a Silicon Valley al sector de los gimnasios.
La investigación fue dirigida por un experto en el campo de las ciencias aplicadas, el doctor Daniel Krieglstein, director ejecutivo de diseño conductual de ClearView Insights. Krieglstein, un veterano de la industria tecnológica, se sentó con CBI para hablar sobre el diseño de comportamiento, el concepto de reconexión y cómo puede ayudar a liderar un "grito de guerra" para la industria.
CBI: Explique qué es el diseño conductual y cómo se aplica a la industria del fitness.
Daniel Krieglstein: El diseño conductual comenzó su andadura en Silicon Valley cuando las empresas tecnológicas empezaron a darse cuenta de que un clic, una orden de compra -todo- es un comportamiento. Descubrieron estas extrañas peculiaridades psicológicas del cerebro humano. Por ejemplo, alguien quería claramente un producto, pero llegaba a la página de compra y no lo pagaba, porque había demasiadas barreras. Así que empezaron a hablar con psicólogos. Para nosotros, era cómo llevar eso a un club de fitness.
CBI: ¿Qué tipo de metodología y conjuntos de datos ha utilizado?
Daniel Krieglstein: Al elaborar este "grito de guerra", nuestro equipo ha investigado para buscar diferencias específicas entre los beneficios probados de la actividad física y la percepción que tiene la gente de ellos. Un concepto que utilizamos al analizar este tipo de datos es algo llamado eROI: retorno emocional de la inversión. Es un concepto desarrollado por mi hermano, Robin Krieglstein [CEO/fundador de Live Neuron Labs]. Examina cada una de las opciones de comportamiento y sus barreras. Quiere analizar las variables mentales, físicas, emocionales, sociales, materiales y temporales. Todas las funciones ejecutivas que tenemos son más volubles y vacilantes de lo que nos gusta pensar: cosas como la memoria, la concentración, la toma de decisiones, la comprensión e incluso la previsión.