Normalmente, cuando pensamos en disrupciones empresariales, pensamos en tecnologías que rompen las normas o en recesiones que siguen un patrón cíclico. Esos eran los buenos tiempos. Nunca hemos visto nada parecido. Pero eso no significa que las lecciones del pasado no puedan enseñarnos cómo responder a la crisis sin precedentes de hoy.
Piense en la historia reciente, cuando las disrupciones tecnológicas y de mercado más conocidas eran la norma. ¿Por qué Best Buy tuvo éxito donde Circuit City fracasó? ¿Por qué Borders cerró y Barnes & Noble perduró? ¿Por qué Blockbuster quebró mientras Netflix se disparó?
Las empresas que tuvieron éxito se enfrentaron a la realidad e innovaron. Se aseguraron de tener las herramientas necesarias para hacer el trabajo. Y si sus proveedores no se adaptaban a la velocidad necesaria, buscaban socios que tuvieran una visión y unas prácticas orientadas al futuro.
Pero no hay ninguna historia como la de Kodak, la venerable empresa de fotografía que sufrió un colapso épico. Kodak tenía prácticamente el monopolio del mercado fotográfico de Estados Unidos, pero se centraba exclusivamente en las fotos impresas. Entonces, uno de sus ingenieros, Steven J. Sasson, inventó la primera cámara digital en Eastman Kodak en la década de 1970. Los ejecutivos de las oficinas centrales no estaban tan impresionados.
"Mi prototipo era grande como una tostadora, pero a los técnicos les encantó", según Sasson, en un New York Times artículo. "Pero era una fotografía sin película, así que la reacción de la dirección fue: 'qué bonito, pero no se lo cuentes a nadie'".
Décadas después, lo que era bonito se convirtió en algo devastador para la emblemática empresa. Finalmente, Kodak perdió tanta cuota de mercado en favor de la fotografía digital que se declaró en bancarrota en 2012. Fue un colapso épico
En su artículo Semana de la IndustriaScott Anthony, director general y jefe de la empresa de consultoría Innosight, dijo que el fracaso de Kodak tiene lecciones para otras industrias afectadas por las amenazas externas y las interrupciones.
"Kodak demuestra lo brutalmente difícil que es acertar con la transformación", dice.