El aumento constante de la demanda y la dependencia de los datos ha afectado a todos los sectores, incluido el nuestro. Hoy en día, cuando uno camina por un gimnasio y estudia lo que ve, parece que la generación de informes, estadísticas y métricas es un negocio secundario, subordinado únicamente a la prestación de servicios de salud y fitness.
Este profundo cambio de paradigma ha afectado a todos los ámbitos y aspectos del club, incluida la teoría y la práctica de la fisiología del ejercicio, y la tecnología empleada en su servicio, especialmente en lo que respecta a las evaluaciones de la condición física.
Las evaluaciones han sido durante mucho tiempo una parte fundamental de la experiencia del club, pero ahora, gracias a los grandes datos y a las expectativas de los consumidores expertos en tecnología, se han vuelto más sofisticadas, informativas y productivas. Van desde versiones mejoradas de las básicas y esenciales hasta lo que podría considerarse el estándar de oro actual del sector.
Aunque muchos clubes no hacen que las evaluaciones sean obligatorias, son una herramienta valiosa que puede utilizarse para involucrar a los socios, establecer una línea de base, identificar posibles problemas de salud, crear prescripciones de ejercicio personalizadas y hacer un seguimiento del progreso de los socios.
"Ofrecemos evaluaciones porque creemos que tenemos que conocer a la persona para diseñar un programa adecuado y ofrecer una experiencia de primera clase", dice Amanda Carlson-Phillips, vicepresidenta de nutrición e investigación de EXOS, una empresa de rendimiento humano con sede en Phoenix. EXOS elabora planes a medida para mejorar la mentalidad, la nutrición, el movimiento y la recuperación. "No tiene sentido 'sólo hacer pruebas'", dice. "Queremos que el proceso de evaluación sea un motivador y un refinador del programa. Cuanto más personalizado sea el programa, mayor será el impacto probable".
Fundamentos de la evaluación
El Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM), con sede en Indianápolis, recomienda un enfoque tradicional mediante la medición de los cinco componentes básicos de la condición física: condición cardiorrespiratoria, fuerza muscular, resistencia muscular, flexibilidad y composición corporal.