La próxima generación de consumidores de salud, fitness y bienestar ya está aquí. La generación Z incluye a los preadolescentes, los adolescentes y los adultos jóvenes de hoy en día, y el mayor de ellos acaba de entrar en la vida adulta a los 25 años. Este grupo de edad es una cohorte grande, y son diversos, altamente educados y muy conectados.
Dado que gran parte de la vida de la generación Z ya tiene lugar en línea, muchos asumieron que las restricciones de la pandemia serían una carga mucho menor para ellos. Clases a distancia, entrenamientos en línea, reuniones de Zoom, mensajes de texto en grupo... La generación Z ya tenía experiencia con estos formatos, por lo que adaptarse a lo virtual debería haber sido mucho más fácil para ellos que para las generaciones mayores.
Ahora sabemos que esto no ha sido así en absoluto. En lugar de una transición fluida, la Generación Z sufrió de una manera única durante la pandemia, con graves consecuencias para su salud física y mental. La adolescencia y la joven edad adulta consisten en encontrar tu lugar más allá de tu familia, y la pandemia frenó a toda una generación en esta transición.
Las consecuencias duraderas de la pandemia en la Generación Z deberían ser de especial interés para el sector del fitness, ya que éste es uno de los ámbitos que aún no se ha recuperado del todo.
El programa de investigación sindicado State of Our Health ha estado recopilando continuamente datos sobre los enfoques de fitness, alimentación y mindfulness de los estadounidenses desde 2018. En nuestro informe de actualidad, La generación Z después de la pandemia: ¿Dónde están ahora?hemos investigado a adolescentes y adultos jóvenes para saber si se han recuperado y en qué medida. Echemos un vistazo.
La forma física es fundamental para el enfoque general de la salud de la Generación Z.
Aunque un alto porcentaje de la Generación Z participa en prácticas regulares de mindfulness, se distinguen de otras generaciones por el hecho de que muchos se centran en el fitness, excluyendo la nutrición y la atención plena. Este enfoque de la salud es típico de los jóvenes; con la juventud de su lado, los beneficios y las consecuencias a largo plazo de la nutrición son menos motivadores que los beneficios tangibles y a corto plazo del fitness.
Cualitativamente, los adolescentes y los adultos jóvenes nos dicen que la forma física es clave para la salud física y mental. La importancia también es visible en los números. Además de dar más prioridad a la capacidad atlética que las generaciones anteriores, la Generación Z también es más propensa a utilizar el fitness para mejorar la confianza y la apariencia, ambas claves para la autoestima en esta etapa de la vida centrada en el exterior.
Menos personas de la Generación Z hacen ejercicio semanal que antes de la pandemia.
En el primer trimestre de 2020, el 65% de la generación Z declaró hacer ejercicio al menos una vez a la semana. El ejercicio disminuyó al 58% en el primer trimestre de 2021 y aún más al 56% en el primer trimestre de 2022. Este descenso se debe casi por completo a que los adultos jóvenes han abandonado sus hábitos de ejercicio. En el primer trimestre de 2022, solo el 45% de los adultos jóvenes hacía ejercicio semanalmente, el punto más bajo desde el inicio de State of Our Health en 2018.