Los vestuarios. Pueden parecer ordinarios, fríos, incoloros y utilitarios, algo que sus socios tienden a ignorar o simplemente a dar por sentado, porque están ansiosos por volver a la oficina o dirigirse a casa después de terminar un intenso entrenamiento.
Son unos metros cuadrados preciosos en tu club que no parecen rendir.
¿O no?
Otra cosa es que un vestuario esté diseñado con imaginación, gusto, inteligencia y teniendo en cuenta el modelo de negocio del club; que esté tan bien ejecutado que los socios se sientan atraídos por él y tengan ganas de ducharse o refrescarse; y que sea un lugar donde puedan relajarse y permanecer un rato, satisfechos por lo que acaban de conseguir en el estudio o en la pista de fitness.
Todos los vestuarios tienen características y elementos comunes (taquillas, bancos, lavabos, duchas, etc.) y los buenos son cómodos, seguros y están impecablemente limpios. Pero los mejores tienen un aspecto distintivo, una sensación única, que refleja la misión del club, su segmento de mercado y, a veces, la cultura del país donde se encuentra.
En resumen, estos importantes espacios pueden ser una declaración audaz y ayudar a diferenciar un club, al tiempo que mejoran la experiencia de los socios.
Aquí se presentan tres ejemplos, ubicados en tres países diferentes -Arabia Saudí, Bélgica y España- que pueden inspirarle a echar un nuevo vistazo a su propio vestuario.