Para muchos propietarios y operadores de clubes, la creación de un entorno de entrenamiento acogedor, seguro y solidario para personas de todas las edades y capacidades es una parte importante de su misión y sus valores. Sin embargo, muchos usuarios siguen luchando por "encajar" o sentirse cómodos en las instalaciones de fitness.
Si bien es cierto que no se puede controlar todo, se pueden hacer algunos cambios que harán que el club sea más atractivo -y gratificante- para las personas mayores, obesas o con alguna discapacidad o enfermedad crónica.
Hacer que su oferta sea más inclusiva no es sólo una iniciativa de alcance comunitario, sino también una oportunidad de negocio. Las limitaciones personales afectan a más personas de lo que se piensa. Considere las siguientes estadísticas:
- La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa de que más de mil millones de personas -el 15% de la población mundial- viven con algún tipo de discapacidad. En Estados Unidos, al menos el 20% de los menores de 65 años y el 37% de los mayores de esa edad están afectados.
- La Administración de la Seguridad Social (SSA) de EE.UU. prevé que uno de cada cuatro jóvenes de 20 años puede sufrir una discapacidad a lo largo de su vida.
- La OMS también calcula que las enfermedades crónicas causan el 70% de las muertes anuales.
- En 2014, la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades Crónicas (PFCD, por sus siglas en inglés) estimó que el 60% de los estadounidenses tenía una enfermedad crónica, y que el 42% tenía más de una. En 2020, esa cifra podría aumentar a 160 millones, con 83 millones de personas con múltiples enfermedades.