Jari RistolaPresidente de ThermaSol, y Paul HackettEl Sr. Hackett, profesional de la seguridad y la salud, consultor registrado en la OSHCR y miembro del grupo de expertos dirigido por la IHRSA que desarrolló la consideraciones clave y herramientas de evaluación de riesgos para ayudar a los clubes a reabrir y permanecer abiertos, contribuyeron a este artículo.
Añadir una sauna o una sala de vapor a su centro de fitness puede ayudar a diferenciar su negocio de la competencia y ser una fantástica ventaja para los socios. Las saunas y los baños de vapor existen desde hace siglos y son populares en muchas culturas y países. Además de proporcionar una relajación esencial y la recuperación después de un entrenamiento, las saunas y salas de vapor también proporcionan algunos beneficios para la salud, incluyendo:
Despejar la congestión,
Mejora de la salud de la piel,
Mejorar la salud del corazón,
Reducción de la presión arterial,
Mejora de la circulación,
Reducción de la rigidez articular, y mucho más.
Deberá seguir las mejores prácticas a la hora de diseñar, construir, limpiar y mantener su sauna o sala de vapor. Y, por supuesto, seguir las pautas de temperatura adecuadas.
Este artículo forma parte de una serie de 28 directrices de buenas prácticas para la explotación de un centro de fitness.
Mejores prácticas para el funcionamiento y el mantenimiento de una sauna
Hemos dividido estas directrices en dos partes y primero hablaremos de las saunas. En lo que respecta a las saunas, hay cinco buenas prácticas esenciales:
Siga las pautas de temperatura
Asegure un diseño eficiente para su sauna
Elija los materiales adecuados
Preste atención a los elementos calefactores
Siga los protocolos de limpieza y mantenimiento adecuados
Siga las pautas de temperatura
1. Siga todas las directrices sanitarias locales y nacionales para el rango de temperatura, normalmente 165-203 grados Fahrenheit/74-95 grados Celsius - hay recomendaciones variadas internacionalmente, de ahí la amplia diferencia.
Asegure un diseño eficiente para su sauna
2. Garantizar un aislamiento adecuado, es decir, un mínimo absoluto de R12 para las paredes y R16 para los techos. En algunos países, la ley exige niveles mínimos de aislamiento mucho más altos.
3. Diseñe para la eficiencia energética con una altura de techo óptima de 84 pulgadas/213 centímetros, que no debe superar las 96 pulgadas/244 centímetros. Las alturas de techo más bajas ahorran energía y calientan la habitación más rápidamente.
4. Instale dos rejillas de ventilación para el flujo de aire, una a 4 pulgadas/10 centímetros del suelo detrás del calentador y una segunda rejilla a 6 pulgadas/15 centímetros del techo en cualquiera de las otras paredes.